Las características clínicas del Trastorno de identidad disociativo son las siguientes:

  • Perturbación de la identidad caracterizada por dos o más estados de personalidad bien definidos. Esta perturbación implica una discontinuidad importante del sentido del yo y del sentido de entidad, acompañado de alteraciones relacionadas con el afecto, memoria, percepción, conciencia, y funcionamiento sensitivo-motor. Estos síntomas y signos pueden ser observados por el propio individuo o por otras personas.
  • Lapsos recurrentes en la memoria de acontecimientos cotidianos, información personal…
  • Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral…
  • La alteración no forma parte de la cultura o religión.
  • Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos de alguna sustancia u otra afección médica.

En la población general existe una prevalencia de alrededor del 1%, mientras que en los pacientes psiquiátricos hospitalizados se estima en el 3%. En cuanto a su curso, cada vez con mayor frecuencia se diagnostica durante la infancia pero por lo general aparece entre la adolescencia y los 30 años. La mayor comorbilidad se produce con los trastornos depresivos, consumo de sustancias y trastorno límite.

En cuanto al tratamiento, suele ser psicoterapéutico ya que no existen evidencias de la eficacia del tratamiento farmacológico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio